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Marginautas, una humorística reflexión sobre la esencia humana

Por Celia Álvarez


La fantasía popular columbraba extraños y complejos aparatos, dignos de las películas de espías, ocultos en el abandonado edificio convertido en nido de pasiones clandestinas y dormitorio improvisado para vagabundos desde la partida de los británicos —herederos de aquellos que en el pasado usufructuaron los ferrocarriles y las empresas de agua y gas, con elevadas tarifas y deficientes servicios. El pillo encontró una caja que debía contener algo valioso, a juzgar por su peso, y ya casi sentía en su bolsillo los mil dólares que necesitaba para comprar un pasaje a Europa. Harto de las limitaciones que su medio le imponía, deseaba cortar el cordón umbilical con su país, que concebía como una madre incomprensiva.

La aventura de este robo nocturno en la antigua Compañía de Gas de una mítica ciudad sudamericana llamada Nostalgia desencadena la trama de Marginautas, novela del uruguayo Adolfo Guidali Etcheverry recién publicada por la Universidad Veracruzana (UV) como parte de su proverbial Colección Ficción y que el próximo 20 de mayo será presentada en la librería parisina “El salón del libro”, especializada en publicaciones en idioma castellano. El protagonista es un ladronzuelo huérfano, malogrado boxeador y futbolista, oportunista y mentiroso, que hace gala de su talante soñador e imaginación frondosa a lo largo de una pasmosa trayectoria como especialista en el arte de la sobrevivencia, cual émulo de su ilustre antecesor de cinco siglos atrás, el Lazarillo de Tormes.

El primer intento de huida de su vida marginal falla cuando Rulito descubre en la caja robada simples repuestos para estufas; mas el pillo, que precisa dinero para comer y pagar la renta, no se arredra y vende la mercancía sobre un cajón adornado con una fotografía de la reina de Inglaterra, intrigando a los compradores el vínculo misterioso entre las piezas cobrizas y la realeza. Su próximo golpe será el hurto de anfetaminas en un dispensario médico, pero gruesos candados sobrepasan sus habilidades de caco y el magro botín es una bolsa de espitas para aplicar enemas; entonces idea un invento revolucionario, que imagina sólo equiparable a la brújula y la imprenta: el primer eliminador de flatulencias por combustión, cuyo éxito habrá de truncar la “moralidad” ciudadana.

Finalmente logra costearse el ansiado viaje gracias a otro ingenioso negocio: la venta de ejemplares “personalizados” de la Constitución, bajo promesa de que su incauta clientela recibirá a vuelta de correo —y previo pago parcial del correspondiente ejemplar— una carta magna hecha a la medida, con las enmiendas que cada uno desee hacerle a las leyes vigentes. Tras un viaje azaroso, en Madrid conoce a Horacio Pollio, un compatriota ex periodista con el que se traslada a Barcelona, donde abordará nuevas “empresas”. Convertido de la noche a la mañana en heredero del mítico “zorzal criollo”, Rulito Gardel malvive cantando tangos en un cabaret de poca monta, portando una tanga, medias negras con liguero, tirantes, moño de pajarita, sombrero de fieltro y zapatos de charol por todo atavío. En la Ciudad Condal retomará la idea de vender su genial invento, el “Pyroflat”, pero el artefacto no cumple las normas de seguridad en la materia exigidas por la Comunidad Económica Europea.

Entonces decide cruzar los Pirineos en compañía de Horacio para probar suerte en París, donde ambos logran venderle a un millonario fabricante de embutidos norteamericano un falso bloque del Muro de Berlín y, continuando con su serie interminable de facultades mitómanas, Rulito saca a relucir otro “farol”: transformado en psicoanalista lacaniano de arrabal, funda una secta esotérica que llega a convertirse en un negocio lucrativo, en la medida en que van sumándose cada vez más fieles ávidos de meditar, sentados en la posición de flor de loto, en el templo-vivienda de los pillos, entre barritas de incienso y tapices de lana de guanaco. Hasta que un día, el protagonista va a dar con sus huesos a una clínica psiquiátrica…

Y el hilarante viaje existencial de Rulito continúa. Entre vaivenes de fortuna, personajes sui generis, descripciones precisas de lugares y frases en diversos idiomas, Marginautas refleja la decadencia de una humanidad enferma. Bajo una densa capa de ironía y escudada tras una ágil prosa que el lector hallará sumamente amena, el autor vierte una acerba crítica hacia una sociedad, tan hipócrita en el primero como en el tercer mundo, que cierra sistemáticamente los cauces naturales de sobrevivencia para miles de personas y las orilla de muchas maneras a convertirse en delincuentes.

El autor de Marginautas es egresado de l’Ecole des Hautes Etudes en Sciences Sociales de París y obtuvo el master en guiones para cine y televisión de la Universidad Autónoma de Madrid. Ha sido guionista independiente, redactor y corresponsal en medios de comunicación iberoamericanos. Publicó sus primeros cuentos en 1980 en la revista xalapeña El caracol marino, y más tarde en diversas publicaciones y antologías en América Latina y Europa. Actualmente trabaja como periodista en el servicio en español de la Agence France Presse, en Francia.

Marginautas, una novela que no oculta un hondo trasfondo socio-político y se enmarca, sin lugar a dudas, en el género de la neopicaresca, se puede adquirir en el Servicio Bibliográfico Universitario, situado en Xalapeños Ilustres 37; en la Feria Permanente del Libro Universitario, de Hidalgo 9, y en librerías comerciales. Más novedades editoriales de la UV, en la página www.uv.mx/corre y en el programa Oye, lee y dile, que transmite Radio UV en el 1550 AM, los martes, de 18:00 a 19:00 horas.





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